Cindi Andres
Cindi es originaria de San Agustín Oapan, Guerrero quien aprendió alfarería de sus padres. A la edad de 7 años, Cindi desarrollo su talento artístico pintando las bases de figuras como un juego infantil. Años más tarde, a la edad de 10 años, empezó a pintar piezas de su autoría. Actualmente ella trabaja en conjunto con su padres, quienes son los que se encargan de hacer y cocer las piezas de barro rojo. Una vez cocidas y pulidas, Cindi procede a pintarlas con pinturas acrílicas, plasmando en cada pieza parte de su cultura con dibujos de flora y fauna de su estado natal.
La alfarería es una tradición de familia que procede de generaciones. El hijo de Cindi, Martin es ahora quien empieza los juegos infantiles de pintura en el pequeño taller de la familia. Cindi espera muy pronto poder construir un horno de cocción en su nueva vivienda para seguir trabajando al lado de su esposo Tonatiuh.
“Cuando la gente compra mi arte y le gusta, me alegra mucho que valoren mi trabajo y me motiva a seguir plasmando nuestro cultura en cada pieza” comenta Cindi. ______________________________________________________________________________________________________________________________
Cindi is originally from San Agustín Oapan, Guerrero who learned pottery from her parents. At the age of 7, Cindi developed her artistic talent and started to help painting the bases of figures as a children's game. Years later, at the age of 10, she began to paint her own artwork. Currently she works with her parents, who are responsible for making and cooking the red clay figures. Once cooked and polished, Cindi proceeds to hand paint with acrylic paints. Each piece is part represents part of her culture and is inspired on her hometown flora and fauna’s.
Pottery is a family tradition that comes from generations. Cindi's son, Martin, is now the one who starts children's painting games in the small family workshop. Cindi hopes very soon to be able to build a baking oven in her new home to continue working alongside her husband Tonatiuh.
“When people buy my art and they like it, I am very happy that they value my work and motivates me to continue painting part of our culture in each piece,” says Cindi.